martes, 20 de octubre de 2015

Enseñanza Moral de Juan Pablo Duarte y Diez

POR JOSÉ ALCÁNTARA

La República Dominicana, separada de la República de Haití el 27 de febrero del año 1844, fue fruto de la idea, del pensamiento de un hombre que a muy temprana edad creyó que todos los pueblos del mundo deben ser libre de soberanía, que fruto de su poderío económico y militar han procurado colonizar y mancillar a los pueblos que tienen ideas libertarias, con hombres y mujeres de pensamiento libre e ideales nobles.

Ser independiente, es una condición que logran los pueblos, cuando comprenden que la libertad no se le debe pedir ni mendigar a los imperios ni a los opresores internos, es cuando comprenden que libertad es un logro que se consigue fruto de la preparación académica, de la educación y del sacrificio de los hijos e hijas de la patria, que se dedican por siempre a la lucha política o militar para alcanzar la meta concebida: la independencia de la nación querida.

El Padre de la nacionalidad dominicana, Juan Pablo Duarte y Diez, luego de haberse concientizado de la realidad que vivía el pueblo que lo vio nacer, se dedico en cuerpo y alma a luchar por tener para nuestra nación, una patria llena de libertad y por consiguiente, brindarle la felicidad conculcada por 22 años de ocupación por el gobierno que presidía a Haití en esos momentos.

En su poemario, Duarte nos dejo una enseñanza moral extraordinaria, donde da fe de todo su sacrificio y de todo su valor para darnos una patria libre, donde no hubiese explotación del hombre por el mismo hombre y donde las mujeres deberían jugar un papel estelar y de preponderancia en la administración del estado creado por él. El padre de la patria dominicana en uno de los párrafos que escribió en el himno para su pueblo dijo lo siguiente: ” Pueda ese mísero esclavo sin honra y sin patria alentar, que el libre, el honrado y el bravo a la patria sabrán libertar”. Aquí, en este escrito, el patricio nos dice como primera enseñanza moral, que tan solo unidos se puede lograr una patria libre.

En otro de sus poemas, Duarte nos habla de la necesaria unidad de todos los sectores, sin importar credo ni condición social, lo importante era lograr la libertad. Pidió la unidad de la raza que integraría la futura nación liberada y para eso dejo testimonio escrito: “los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchemos serenos, unidos y osados, la patria salvemos de viles tiranos y al mundo mostremos que somos hermanos”. Esta hermosa prosa demuestra lo convencido que estuvo Duarte sobre la necesaria unidad de todos los sectores para lograr la libertad, dejándonos una segunda enseñanza moral, no era racista ni excluyente. 

Duarte fue un defensor de los deberes y derechos de todos los seres humanos que habitan en esta tierra, creía en la justicia y pregonaba que todos y todas deberíamos por siempre respetar las leyes y las buenas costumbres para poder dar ejemplo de pulcritud y moralidad. Escribió el padre de la patria que: “todo poder dominicano esta y deberá estar siempre limitado por la ley y esta por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho le pertenezca”. Esta es la tercera enseñanza moral del guía dominicano, para dejarnos la enseñanza, de que al obtener la independencia, la equidad justiciera seria aplicada para todos y todas en forma igualitaria y que todo aquel osare transgredir la ley, tendría que responder ante la justicia.

Todo su empeño siempre fue lograr la libertad de su pueblo sin importar dar su vida en el intento de obtener los objetivos de crear una nación libre y soberana, donde los destinos del mismo fueran guiados por buenos nacionalistas, que entendieron el compromiso, de darlo todo por la patria. Para que podamos juzgar eso, Duarte escribió lo siguiente: “por desesperada que sea la causa de mi patria, siempre será la causa del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre”. Estaba dispuesto a morir por la causa de la patria, concibió perfectamente el sacrificio al que se exponía, y sin embargo no le importaba, estaba en la disposición de entregarlo todo para la causa de la lucha libertaria y revolucionaria, esta es la 4ta enseñanza moral de Duarte, no tenia miedo de morir, siempre y cuando fuera por el país.

Creía en el bien general de nación, convirtiendo su predica en un símbolo de la libertad y la justicia social, propugnaba por un gobierno para todos y todas, y para el mismo propuso reglas claras y entendibles, para que nadie tuviera excusas de violentar las normas a la hora de instalado el futuro gobierno, escribo que: “puesto que el gobierno se establece para bien general de la asociación y de los asociados, el de la nación Dominicana es y deberá ser siempre y ante todo, propio y jamás ni nunca de imposición extraña, bien sea esta directa, indirecta o próxima o remotamente; es y deberá ser siempre popular en cuanto a su origen; electivo en cuanto al modo de organizarse; representativo en cuanto a su esencia y responsable en cuanto a su actos”.

Aquí Juan Pablo Duarte Y Diez, dejo bien claro para posteridad, como deberían ser los gobiernos instalados en Republica Dominicana, aduciendo de manera clara que ningún poder extranjero podía ni debería entrometerse en los asuntos internos de nuestro país, que solo nosotros, estamos en condiciones de dirigir los destinos de nuestra Patria, para que por siempre sea libre y soberana. Esta 5ta enseñanza moral de Duarte nos lleva a repetir lo que un día el dijo: “Cantad, sirenas, cantad, cantad un canto por mi, que anuncie la libertad al suelo donde nací”.

Fue sumamente religioso, creía en Dios como creía en la libertad, predicaba que sin la fe no era posible ser libre, era un perfecto creyente, que no ocultaba su admiración por la enseñanza religiosa, creyó siempre en la justicia y en la felicidad de los seres humanos. Por eso su predica de la fe la plasmo por siempre en el escudo nacional al escribir Dios, Patria y Libertad, diciéndole al mundo que sin nuestro señor de las alturas no es posible ser libre y esta es la 6ta enseñanza moral de Duarte.

La familia de Duarte entendió desde un principio, sus proyectos de libertad, lo apoyo y acompaño en todas sus luchas, sus bienes fueron puestos al servicio de la revolución. La familia, de acuerdo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad. Para el año 1844, ya Duarte conocía de esta retórica, por eso su familia participo de manera activa y militante en los planes para liberar la patria. Esta es la 7ma enseñanza moral de Duarte, que una familia unidad jamás será vencida. Los dominicanos y dominicanas de hoy, debemos estudiar la figura de Duarte el libertador y poner en práctica sus nobles ideales.

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